martes, 12 de julio de 2011

Argumento:

Una de las reglas sociales más conocidas dice que una joven de buena familia nunca debería acudir a casa de un marqués de mala reputación y pedirle un beso apasionado. Sin embargo, para conquistar a este granuja, lady Carpurnia Hartwell deberá romper todas las reglas….

1. Besar a alguien… apasionadamente.
2. Fumar puros y beber whisky.
3. Montar a horcajadas.
4. Practicar esgrima.
5. Asistir a un duelo.
6. Disparar una pistola.
7. Jugar a las cartas (en un club de caballeros).
8. Bailar todos los bailes en una fiesta.
9. Ser considerada hermosa. Una sola vez.

Autora: Sarah MacLean
Título Original: Nine Rules to Break when Romancing a Rake
Año de Publicación: 2010
Encuadernación: Tapa Blanda
Páginas: 430
Precio: 19.95 €

Fuente: Autoras en la Sombra.


~ Crítica ~

Como es habitual había leído críticas diversas de este libro antes de leerlo. Unas alabándolo mucho y otras con una acogida más o menos tibia. Lo cierto es que oí hablar del libro meses antes de que se publicara y, en su momento, me llamó mucho la atención. Así que era inevitable que lo leyera ;)

Hace mucho tiempo que no leo novelas históricas ambientadas en la regencia (a excepción quizá de Lisa Kleypas o alguna otra autora de la que siga alguna serie) por la simple razón de que llegó un punto en que me aburrían. Todas eran exactamente lo mismo: ambientadas en la aristocracia (y si uno de los dos miembros no era noble siempre solía ser ella) y con el galán siendo un auténtico libertino que se reforma en parte gracias a su compañera.

En este sentido este libro es típico: ambos son de la nobleza, ella es una solterona (quizá no tan típico pero tampoco extraño), enamorada por completo de él desde que debutó en sociedad y él es un granuja (como bien dice el título). Pero la originalidad del libro radica precisamente en lo que indica el propio título: las nueve reglas.

Sin duda el gran pilar del libro es ella. Lady Calpurnia Hartwell (un nombre genial, por cierto, que da para unas situaciones muy divertidas en la novela) es una jovencísima debutante completa y absolutamente anodina, que se encuentra en un jardín con el granuja, el marqués de Ralston, del que se enamorará de inmediato. Sin embargo, diez años después, Callie ha pasado a ser una solterona, sumisa y pasiva sin saber cómo ni cuando. Así cuando empieza a plantearse que su reputación es todo lo que tiene y que le gustaría llevar a cabo aventuras para sentirse viva es cuando surge la idea de la lista.

Y no se le ocurre otra cosa que, con unas copas encima, irse a casa del hombre al que lleva diez años amando para cumplir el primer punto: Besar a alguien... apasionadamente. De ahí surge la historia, cuando Ralston accede a cambio de que Callie amadrine la entrada de su hermana en sociedad. Y, como nos gusta tanto a las lectoras, ese beso es un descubrimiento para ambos y será el punto de partida de toda la historia.

Así, a lo largo del libro Callie va cumpliendo uno a uno los puntos de su lista, acompañada por el marqués. Y en ese proceso, ella se descubre a sí misma. Es precisamente eso lo genial del libro, cómo la autora va poniéndonos en el lugar de Callie de una manera inusualmente poderosa, haciéndonos sentir primero esa resignación que siente ella ante el hecho de ser una florero, cómo ella misma se menosprecia y cómo poco a poco, y a través de las reglas, va descubriendo que tiene un valor escondido que ni siquiera ella misma sabía que poseía.

Es por eso que el personaje femenino de esta historia es precisamente el gran valor de la novela. Normalmente, siendo un género mayoritariamente femenino, solemos fijarnos más en la parte masculina del dúo. Las autoras suelen escribir héroes atormentados o que tengan algo que cale en la lectora. Sin embargo, aunque Ralston es estupendo, queda algo eclipsado por ella. Y, curiosamente, esto no es un punto negativo pues es precisamente la transformación de Callie lo que importa, aparte claro de la historia entre ambos.

Como puede percibirse, es un libro que me ha encantado de la primera a la última página. Mención especial merecen los diálogos, transmitiendo en todo momento (más que con los pasajes descriptivos y eso es algo que a mi me parece dificilísimo) todos los sentimientos que rebosan en la obra: desde la resignación de ella a la confusión de él por sentirse atraído por Callie, pasando por la ternura, la pasión y, como bien se intuye con el título, por la pura diversión. Para mí, sin duda, un imprescindible y un auténtico descubrimiento. Ahora a esperar los de los hermanos de Ralston, dos secundarios de lujo que, sin duda, merecen su historia.

Valoración: 9 / 10

3 Comments:

  1. Pasajes románticos said...
    Entre la reseña de Bea y la tuya me muero por leer la novela!!!

    Me encanta la regencia y las historias así. A ver si se lo "robo" a mi compañera y disfruto tanto como tú.

    Un beso
    Dácil
    Dama Blanca said...
    Por desgracia yo soy más de las que le dan una nota tibia que una fantástica. En mi opinión la novela empieza medianamente bien pero luego va flojeando, sobre todo en el personaje de Ralston, quien llegó a resultarme un tanto soso y aburrido; no creo que fuese porque Calpurnia lo eclipsase, simplemente perdió personalidad.
    Es cierto que Callie es una protagonista atípica y las situaciones también, por eso ganó puntos conmigo y se salvó de una peor nota.
    Espero el siguiente libro para conocer las historias de los hermanos de Ralston.
    Besitos!
    Lisbeth said...
    Dácil, ya estás tardando guapa ;)

    Dama, esta es una de las poquitas veces que diferimos, eh? Aun así opino como tú, tengo muchas ganas de conocer las historias de los hermanos.

    Besitos!

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